Los exoplanetas son aquellos planetas que están fuera de nuestro sistema solar. Giran alrededor de su propia estrella, similar a como la Tierra gira alrededor del Sol. Algunos tienen una órbita muy cercana a su estrella y otros tienen una órbita muy grande, por lo cual es muy difícil que haya vida en ellos por las temperaturas tan extremas que presentan.
Sin embargo, hay algunos planetas que están a una distancia ideal de su estrella como para albergar vida (como la Tierra), y sobre éstos se dice que se encuentran en una “zona habitable”.
En febrero de 2017 la NASA divulgó información sobre el sistema Trappist-1. En el centro de dicho sistema se encuentra una estrella enana que está a 39 años luz de nosotros, y alrededor suyo giran 7 planetas. Lo más interesante es que 3 de estos planetas se encuentran localizados en la zona habitable, por lo que existe la probabilidad de que tengan agua líquida, lo cual es un punto esencial para que haya vida.
Algunos datos interesantes sobre este descubrimiento:
- Se le llamó Trappist debido a que fue descubierto mediante el telescopio TRAPPIST (Transiting Planets and Planetesimals Small Telescope), ubicado en Chile.
- Se cree que los planetas son rocosos.
- La estrella enana alrededor del cual giran los planetas es aproximadamente del tamaño de Júpiter y emite muy poca radiación comparada con nuestro sol, por lo que podría haber agua incluso en los planetas más cercanos a ella.
- Los 7 planetas están muy cerca entre sí. Si estuviéramos parados en alguno de ellos, veríamos varios de los otros planetas e incluso podríamos distinguir sus nubes o montañas.
- Los planetas están acoplados a la estrella central, de igual forma que la Luna está acoplada a la Tierra. Esto significa que tienen un lado donde siempre es de noche y otro lado donde siempre es de día.
La distancia de este sistema con respecto a nosotros es de 39 años luz, es decir, tardaríamos 39 años en llegar si pudiéramos volar a la velocidad de la luz. Pero no existe tecnología que nos pueda hacer viajar a esa velocidad.
Para poner en perspectiva la distancia de este descubrimiento, tomemos como referencia la velocidad de la nave espacial Juno de la NASA, una de las más veloces. Viaja a 265,000 km/h. Si pudiera sostener esta velocidad constante, tardaría 159,000 años en llegar al lugar actual donde se encuentra la Trappist-1. Y habría que sumar unos cuantos años más debido a la constante expansión del Universo.