Desde que nos levantamos, usamos y consumimos agua, para asearnos, limpiar nuestro hogar, cocinar o hidratarnos, para cultivar hortalizas, generar energía eléctrica o, en las fábricas, para elaborar los productos que empleamos en nuestra vida diaria.
Sin embargo, abastecer de ella a los cerca de 20 millones de personas que vivimos en la ciudad de México, ¡es una verdadera proeza! El 60% del agua potable se obtiene por la extracción de más de mil pozos, pero al no infiltrarse, la misma cantidad que se extrae está ocasionando el hundimiento de la misma.
El 40% de agua restante proviene de otras cuencas (Lerma y Cutzamala). Se requiere de una enorme infraestructura para conducirla a más de 150 km de distancia y luego elevarla para que alcance la altura de nuestra ciudad. El agua de la ciudad de México… ¡es la más cara del mundo!
Esto conlleva, además, el deterioro de los ecosistemas de las cuencas de donde proviene el agua y una gran afectación a las comunidades rurales asentadas en ellas.
¡El colmo es que el 40% del agua que nos llega se pierde por fugas! Y aunque podríamos vivir al día con 50 o 100 litros de agua, en realidad consumimos más de 300 litros. Además hay millones de personas que viven en zonas de bajos recursos dentro de la ciudad de México y no cuentan con agua en calidad y cantidad suficientes.
En Xochitla contribuimos a la cultura del agua a través de: una planta tratadora de aguas residuales para regar los jardines y áreas verdes, dispositivos ahorradores de agua o bien mingitorios secos en los baños de hombres.
Si tienes la fortuna de que el agua pase por tu casa, usa sólo la que necesitas para que contribuyas a que alcance para todos y así tengamos una vida sana, digna y equitativa.