Conocida principalmente por ser un ingrediente en la cocina y en la composición de productos para la higiene bucal, la menta es una planta con múltiples beneficios para nuestra salud.
Es una hierba comestible propia de las regiones mediterráneas, como: Italia o la Provenza francesa y de Asia central, aunque el principal productor mundial es Estados Unidos.
Suele plantarse en huertos y jardines, pero también es posible encontrarla creciendo de forma espontánea en zonas con elevada humedad.
Mide unos 70 centímetros de alto y no requiere grandes cuidados, por lo que es muy típica en los hogares. La menta alcanza su apogeo en verano, el momento perfecto para recoger sus hojas para preparar una deliciosa limonada.
Actualmente es muy utilizada en la elaboración de pastas de dientes, enjuagues bucales, chicles o caramelos, ya que proporcionan un aliento fresco. Pero aparte de esos usos, también suele emplearse por sus propiedades positivas para el aparato respiratorio y digestivo.
¿Cuáles son sus beneficios y en qué ayuda la menta?
- Mejora la circulación de la sangre. Esto se debe a sus propiedades anticoagulantes, por ello alivia el dolor y la hinchazón de las piernas, entre otras cosas.
- Reduce la inflamación y el dolor en golpes, esguinces, torceduras, artritis y molestias crónicas.
- Alivia los dolores de cabeza. Aplicar aceite de menta en las sienes y en la nuca es un remedio muy efectivo contra este malestar.
- Tiene un efecto digestivo, por lo que mejora y alivia ese proceso.
- Las hojas de menta poseen componentes benéficos para el corazón y el resto del sistema cardiovascular, por lo que contribuyen a una circulación sanguínea adecuada.
- La menta posee un alto contenido de mentol. Éste es un gran aliado para despejar las vías respiratorias.
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