Por muy urbano que seas, vivir rodeado de plantas es bueno para ti. ¿No te lo crees?
Te damos 10 beneficios de tener una planta en casa:
- Las plantas levantan el autoestima pues producen felicidad. El hecho de plantar una, verla crecer, florecer o dar frutos fomenta nuestra seguridad y satisfacción.
- Mejoran la convivencia. Igual que las mascotas, las plantas tienen la capacidad de mejorar las relaciones entre las personas. Cuando las tienes en casa, desarrollas sentimientos como la compasión y la empatía hacia ellas y hacia los demás.
- Hacen que la casa sea más acogedora. A una casa sin alma no se le puede llamar hogar. Las plantas no solo forman parte de la decoración, sino que dan vida a los espacios y los hace más acogedores.
- Reducen el polvo. No solo te ayudarán a limpiarlo, sino que tener plantas lo elimina hasta un 20 % y eso repercute en tu salud, ya que eliminan la sensación de fatiga causada por la densidad de la atmósfera.
- Te protegen del sol. Ya sea en el jardín o en la terraza, tener un árbol o una planta de gran medida te proporciona una agradable sombra para que puedas disfrutar del exterior.
- Aportan color. ¿Tienes un rincón soso o aburrido? Coloca una planta (o varias) y verás cómo cambia por completo ganando vida y alegría.
- Son relajantes. Muchas plantas las puedes infusionar y tomártelas para relajarte. Pero es que además, las medicinales te ayudan de muchas otras maneras para conciliar el sueño, como por ejemplo, aplicarse un masaje con aceite esencial o hacer hidroterapia.
- Son ambientadores naturales. El aroma de algunas flores embriaga y hace que toda la casa huela bien. Son los mejores ambientadores.
- Son buenas compañeras de trabajo. Hay muchos estudios que aseguran que tener plantas en la oficina o en tu despacho de casa te ayuda a ser más productivo. Y los cactus, por ejemplo, eliminan las ondas electromagnéticas que producen las computadoras y demás aparatos electrónicos.
- Eliminan los tóxicos. Las plantas no solo depuran el aire al hacer la fotosíntesis. Algunas de ellas son capaces de reducir considerablemente diversos tóxicos del aire, como el benceno o xileno, entre otros.
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